Dándose la circunstancia y motivo celebrativo del 14 aniversario de la apertura del BAR LA FÁBULA, en el local del mismo (situado en Ronda de Triana), se tuvo la
En un ambiente familiar
y de amistades no hacía falta hacer una presentación del autor; si bien él
mismo quiso aportar algunos datos más, prácticamente lo que aparece en las
solapas del libro:
Que se considera habitante del mundo (cómo ya hace años, una joven pacense lo definió), muy “enamorado de la vida” y, ciertamente, un buscador incansable de la belleza en su más amplio sentido. Con una vida que ha quedado marcada por las tantas vivencias tenidas, especialmente en Jerez (dónde dice que nació por primera vez y dónde pasó su infancia y juventud ); y también en Córdoba, en Puyo (Ecuador), en Badajoz y en Sevilla (las últimas décadas).
Desde joven, sueña (afirma que aportando lo que puede) con un Mundo
Mejor, donde todo ser humano pueda ser feliz y está convencido que la mejor
fórmula es “compartir la vida” en Solidaridad.
Como consecuencia, disfruta de la amistad y el compartir ratos charlando con la gente…
Cree y profesa su fe en el Dios de la Vida…, del que descubre su mano en la muy especial belleza armónica de lo natural. Busca ser feliz haciendo felices a los demás, despertando la ilusión de vivir a quienes la perdieron o aún no la han encontrado; haciéndoles descubrir (intentando “contagiar” a quienes se dejen) la virtud de la esperanza, que es, tiene que ser un ¡vivirla activamente!
Para intentar “contagiar” a quienes estén con la mente abierta para ello, ofrece sus escritos… para leer, compartir y soñar con el Mundo Mejor posible.
“Tus hijos no son tus hijos,
son hijos e hijas de la vida…”
Y por ello, al danzar libres, a veces (también los hijos de papel) le
han sorprendido con algunas cosas que no esperaba. Puede decir que no es la
primera vez que le sucede y que, en esta ocasión también, un lector le lleva a
descubrir su propio libro.
Bueno, centrándose en SACHA, plantea: ¿de qué se trata?
Es… ¿una novela de ciencia-ficción?, ¿un relato extenso...?
Y empezó por hacer
un par de confesiones públicas:
La primera es: que el
manuscrito de esta obrita, lo tenía guardado, con cariño…, desde el verano de
1993, en que lo escribió. Siempre pensando en repasarlo, acaso buscando el
momento para sacarlo a la luz…
Y la segunda, pues el reconocer que tan guardado lo tenía, que mucho de lo que en su día escribió ya no lo recordaba. Así le ha sucedido que, al releerlo al ir pasándolo a limpio…, ha ido sintiendo inquietud por saber qué sucedía, página tras página; a la vez que ha ido sintiendo cierto “encantamiento” con el personajito, de esa “criatura” que es el centro de la novela: Sacha.
Sacha es
“alguien” extraordinaria…, que ama, que
comparte, que se entrega, que lleva a vibrar a cuantas personas (de todas las
edades) que la tratan.
Por ello, es que hizo una invitación ¡a conocerla!
Y bueno, en plan
confidencial y puesto a “revelar” incógnitas…, añadió que acaso a los presentes
les gustaría saber cómo surgió esta historia de ficción con un personaje tan
peculiar y extraordinario como es la protagonista del libro, Sacha:
La cuestión es que en el 93 cayó sus manos un librito que planteaba el tema de cómo atrapar los sueños.
Y bien, desde entonces, en su mesa de noche nunca le falta tener un “cuaderno atrapa-sueños” dónde, cada mañana, o incluso (a veces) en medio de la noche (rompiéndola en dos), se despierta con una idea en la cabeza que, antes de que vuele, la anota en ese “cuaderno”…
Así, estando de vacaciones aquel verano… ¡soñó (durante bastantes noches seguidas) con esta historia diferente!
Por eso, se podría
decir que en este libro se revela, queda manifiesto, algo de su subconsciente…
Pues los sueños ¿qué son?
Cuando dormimos, el subconsciente se manifiesta. Recordar y analizar lo que experimentamos mientras dormimos nos puede ayudar a conocernos y entendernos mejor.
Todos soñamos todos los días, pero no siempre lo recordamos. Para
recuperar, para “atrapar” esos sueños, el primer paso consiste en estar más al
tanto de eso. Pues es, de esta manera, cómo se puede llegar a tener sueños
lúcidos (se llaman así a aquellos sueños en los que estamos conscientes que
estamos soñando). Sueños que, de alguna manera, incluso podemos llegar a
controlarlos.
Por eso, es razonable pensar que toda la “información” que aparece en los sueños tiene sentido. Los sueños expresan recuerdos, impulsos apremiantes, reprimidos; revelan información también a través de la forma creativa del inconsciente.
Por lo general, al despertar y, dependiendo de la fase del sueño en la que despertamos, muchas veces no recordamos todo el sueño, o solo recordamos por partes, los momentos tal vez más intensos, y eso hace que la interpretación se dificulte; sin embargo, al estar más “conscientes” podemos recordar más y eso favorece la interpretación.
Algunos psicólogos recomiendan tener un diario de sueños, en los que apuntamos (si es posible al despertar, de manera inmediata) todo lo que vamos soñando. Con el tiempo, iremos recordándolos mejor. Por ello, se sugiere tener el diario al lado de la cama.
Pues
bien: eso fue lo que José María hizo aquel verano… ¡soñó
y soñó y anotó y anotó… lo que le fue dando cuerpo a esta historia de Sacha.
Y ahí quedó, guardada…, superando (en silencio) incluso un cambio de siglo.
Luego, después de
leer las llamadas de nuestro papa Francisco sobre el respeto y amor a la Madre
Tierra, con su Encíclica LAUDATO SI´ y su Exhortación QUERIDA AMAZONÍA, con una
clara llamada, un claro “desafío urgente de proteger nuestra casa común”…, creyó
que ya era hora de sacar de la carpeta de cartón el cuaderno “atrapa-sueños”
dónde, cada mañana, pudo ir desarrollando lo que le había ido dictando aquella
“su onírica musa”, la que tantas noches le decía cosas mientras dormía…
Bueno y ¿qué propone
en el novedoso fardo de más de 36.000 palabras?
Pues…: una historia-narración acompañada de algunos cuentos alternativos (son veintiocho), acaso difiriendo de ciertos modelos oficiales comúnmente aceptados...; pretendiendo ser una invitación a vivir la experiencia de ir descubriendo unos valores que son claves para la felicidad. Valores muy necesarios para hacer la andadura de la vida con dignidad. Valores como la libertad, la honradez y la lealtad, el servicio, el compartir lo cotidiano con amor y amistad, la confianza, la ilusión de vivir, la esperanza…
Sin renunciar a un sentimiento de indignación frente a la realidad que vivimos, a la vez que ofreciendo una mirada positiva y esperanzada: El mundo necesita cambiar. Y ese cambio tiene que ser un cambio amplio, que va desde un cambio de la consciencia de las personas hasta un cambio de actitudes y de acciones concretas de todos…
Así mismo, también, espera, un baño de energía positiva; renovando el sentimiento agradecido de haber recibido la vida. Llamada e invitación a que seamos conscientes de que, cualquier persona, aun aportando sólo algo pequeño, aún en algún lugar perdido del mundo… puede contribuir positivamente a que sea posible un mañana mejor.
El relato o
novela se desarrolla en Ecuador. Fundamentalmente en la zona amazónica u
Oriente, por dónde anduvo unos años, primero con su mujer-compañera, luego
también el primogénito de sus hijos.
Un pueblo en la que su inmensa mayoría es gente honesta y trabajadora, que se debate en situaciones de necesidad y pobreza, por la que muchas familias tienen que hacer grandes esfuerzos para dar afecto, comida, techo, cuidados, educación a sus hijos.
Millones de ecuatorianos, en zonas rurales y urbanas marginales, ponen una cuota de sacrificio y esfuerzo diarios anhelando un mañana mejor. La satisfacción de necesidades básicas en materia de alimentación, salud, educación y vivienda, siendo prioridad, no logran llenar las expectativas de la gente…
Y, de
alguna manera, Sacha nos lanza la propuesta de amar la Madre Tierra, por encima
de otros intereses. Nos viene, desde otra galaxia… como queriendo dar respuesta
al clamor de la sagrada Naturaleza, también al clamor de los pobres (defensa de
la vida humana), valorar los estilos de vida sencilla, necesidad de educar a
las nuevas generaciones en una economía ecológica, justa, sostenible...
Y antes de acabar
con unas preguntas abiertas, repitió que el mundo necesita cambiar. Y que ese
cambio va desde un cambio de la consciencia de las personas hasta un cambio de
actitudes y de acciones concretas de todos…
Después de escuchar
el mensaje de Sacha, sugirió la posibilidad de plantearnos todos algunas
cuestiones, como:
¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes vienen detrás de nosotros, a las niñas y niñas que están creciendo…?
En
realidad, se trataría de preguntarnos qué tipo de relación tenemos con nosotros
mismos, con los demás, con la naturaleza creada…
Y, sabiendo que todo está conectado: ¿qué atención y dedicación estamos dispuestos a invertir en el cuidado de estas relaciones…?
En mayo
de 2015 el Papa Francisco publicó su
encíclica Laudato Si´, a la que antes he hecho referencia. Verdaderamente es
una auténtica llamada de atención a toda la humanidad (creyentes o no
creyentes) hacia el estado cada vez más precario de nuestra casa Común.
Y, si es
así ¿estamos por emprender acciones transformadoras de nuestros estilos de
vida, o pasamos de comprometernos, echando la culpa a…?
Para proponer una
pregunta final:
¿Parece razonable soñar con utopías (proyectos que ciertamente parezcan muy muy difíciles de que sean realizables)?
Esta “historia”
novelada se desarrolla atravesando “un plan” que parece imposible…
Pero… ¿y por qué no?
De alguna manera, lanzando
como una invitación a todos (todas y todos) a vivir apostando por nuestros
sueños. Teniendo la certeza, la confianza, de que algunos pueden llegar a
lograrse. O, por lo menos, estaremos abriendo caminos para que (aunque sea en
futuras generaciones) lleguen a realizarse.
Recordando lo que decía José Antonio Labordeta en su “Canto a la libertad”:
“Habrá un
día en que todos
al levantar
la vista
veremos una
tierra que ponga libertad.
… … …
También ser
posible
que esa
hermosa mañana
ni tú ni yo
ni el otro la lleguemos a ver;
pero ¡habrá que empujarla
para que pueda ser!
Canción que, algunas
de las personas asistentes hasta tararearon.
Luego parte del
público hizo algunas preguntas, sobre el contenido del libro o sobre las
motivaciones que le llevar al autor a escribir.
Para acabar la noche
tomando unas copas de vino, mientras el autor firmaba algunos autógrafos.
SACHA, UN LIBRO PARA DISFRUTARLO
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