¿qué la ilusión por llegar a tener lo que se sueña?
Es algo más que arrastrar la existencia.
Unas veces, es la generosidad arriesgada,
aún cargada de añoranzas.
Otras es comprobar que no hay fronteras
para los sentimientos más profundos;
que el amor y la amistad pueden
vencer razonamientos enfrentados
y hacer posible los abrazos…
¿Para qué estamos en el mundo?
¿Nos atrevemos a soñar,
a esperar sin rendirnos ante las dificultades?,
¿respondemos cabalmente al desafío
de “vivir” el gran regalo que poseemos…
de nuestra propia vida?
Lo real… es lo más hermoso
que siempre nos sucede.
Sólo es ¡lo que es!
Pero ¿un “siempre te amaré”
es compatible con toda realidad?
Aunque a veces... ¿hay amores
que trascienden al espacio y al tiempo,
que ni siquiera la muerte puede
separar algunos fuertes
sentimientos?
¿Qué nos llena de contenido la vida?
¿Acaso la esperanza,
la esperanza más que viva,
que nos lleva a buscar futuros
más armoniosos, más felices?
Sí, es importante luchar por conseguir lo mejor…
Pero, a la vez que hay personas
que nunca se pueden olvidar,
las circunstancias cambian.
Por eso hay que saber
que cada día es nuevo... y único.
Ojalá siempre nos sintamos bien
con cuanto hacemos, procurando
que nuestras acciones
estén marcadas por la justicia.
Que no nos falten nunca las ganas
de buscar, siempre, con ilusión
el encontrar “algo más” en la vida…
Tener claro cuánto hay que hacer
y saber hacerlo.
Y ¡disfrutar al conocer cada verdad!
Una pregunta me hago y quiero hacer,
abierta a los cuatro vientos:
¿Tal vez no habrá alternativas
al desorden social?
Yo creo que… si miramos bien, podemos ver
que ¡hasta en medio
de un montón de estiércol
pueden llegar a crecer
hermosas flores… de muchos colores!
Porque la vida es plural, diversa
y, ¡tantas veces!, sucede lo imprevisto.
Hasta enamorarse… puede ser peligroso,
pues no es fácil asumir las consecuencias
cuando existen abismos insalvables.
Pero ¿todos los caminos están abiertos?,
¿o existen destinos marcados?
La vida se hace de sentimientos,
de momentos de alegría y de tristezas,
de ganas de alcanzar algo, de sentires.
Claro que… ¿sabemos realmente
lo que es el amor?
¿Dar y recibir?, ¿confiar?,
¿compartir las experiencias más cotidianas,
con alegría?
¿Y si fuera posible vivir
compartiendo todo lo que se es…,
sin mercantilizar, sin poner precio
a lo que hacemos?
¿Quién alcanza la dicha
de tener con quién realizarse,
haciendo la propia historia
junto a otra persona con sus mismos ideales?
Convirtiendo cada crisis
en una oportunidad para recuperar
ilusiones perdidas.
No renunciar nunca a la vida;
sino saber disfrutar de todo
cuanto se dispone…
¡Volver al gozo de dar y recibir a un tiempo…!
Si (en algún momento) nos falta la luz…
¡busquémosla!
En la oscuridad de la noche,
pueden verse las estrellas.
Con la luz del día,
se distingue a las personas.
Mirándolas, podemos encontrarnos;
descubriendo motivaciones
para ser felices ¡llevando
felicidad a otra mucha gente…!
La otra pregunta es: ¿Qué le pido,
qué le pedimos,
qué le pides tú a la vida?
A veces es bueno encontrarse
con alguien para compartir,
respetando otros criterios,
hasta para soñar con un mundo
mejor…
Y ¿por qué no, organizarse
para hacerlo... ¡qué es posible!?
Aunque, ciertamente, para llegar
a lograr algo, hay que saber
qué es lo que se quiere.
Pues ¿cómo buscar si no sabemos
lo que queremos encontrar?
Para lograr que nuestros sueños
se hagan realidad ¡hay que despertar!
Y hay que ¡ponerse
a actuar, confiadamente!
Mas no olvidemos algo
que es clave:
amar es compartir la vida,
amar es coexistencia,
amar (de verdad) es todo un compromiso
solidario y liberador,
que lleva a las almas grandes
a hacer realidad ¡cuánto es posible!,
pues somos manos activas de la Vida.